Retoños

Se rompía, quebradiza, como una hoja seca de otoño, con el alma marchita de una vejez temprana. Tenía la esperanza prendida con alfileres oxidados que le arañaban el corazón a cada paso y los recuerdos felices, último tesoro de su alcancía, guardados en los cajones más profundos de su mente. Leer más…

Trascender

La rutina lo fagocitó y la vida lo vomitó después de intentar digerirlo y dejarlo seco de sueños. Pero él no se dio ni tan siquiera cuenta. Tan solo pensaba que era difícil remar con los remos quebrados que le habían tocado en suerte, pero la verdad es que nunca Leer más…

Azucena

La vida, para Azucena, era como el escaparate de una pastelería, habitada por todas aquellas delicias a tan solo unos centímetros, pero inalcanzables, alejadas de ella por una barrera infranqueable, por un muro de cristal tan cruel como liviano. Tanto le habría dado que estuvieran pintadas sobre la pared; eran Leer más…

Los lunes

La tristeza son los lunes, la rutina que doma, el sabor amargo del café vespertino que intenta llenar los huecos que deja la soledad del camino al trabajo, la ira contenida que se paga con los débiles y los pacientes. Los lunes son la derrota de la libertad, el flagelo Leer más…

Atardeceres de otoño

Miré por la ventana. El horizonte parecía remachado al cielo por la sombra de los edificios lejanos, como una cremallera desdentada infinita que uniera la tierra con el firmamento. Destacaba la torre de la iglesia de Fátima, como una aguja de esmalte blanco que hilvanaba la tarde con hilo de Leer más…

La hoguera

Pensó en hacer una hoguera en el centro del patio para quemarlo todo, como un ciclo, como un ave mitológica, para renacer de las cenizas. Pero cuando el fuego se apagó volvió el frío. Quizá destruir para reconstruir no era una buena idea. Sacó al sol su mecedora y se Leer más…

Dónde mora el deseo

Le hipnotizaba verla caminar. El péndulo de sus caderas lo sacaba de allí dónde estuviera y anulaba su voluntad. Andar dos pasos por detrás de ella era lo más parecido a volar. Se transportaba entonces a su piel, suave, al olor ligero a limones y flores, al tacto liviano del Leer más…

La cafetería

Ese hombre parece parte del mobiliario. Puedo verlo al pasar, cada mañana, frente a la cafetería, tras el cristal, sentado siempre a la misma mesa, con el café que se empobrece junto a él ya frío, ignorado, la mirada fija en un punto impreciso del pasado y los codos apoyados Leer más…

Pérez cuadrado

Pereza era su nombre de pila. Cuando su madre se quedó embarazada le preguntaron si estaba feliz por su embarazo y ella contestó que lo que tenía era una enorme pereza dentro y así la llamó, Pereza, Pereza Pérez, para más inri, Pérez al cuadrado, como la llamábamos nosotros. Era Leer más…