Desde el café.

Terminaba a las siete. Recogía con premura sus llaves, su teléfono y sus gafas y se marchaba saludado a los compañeros que, remoloneando para no ser los primeros en marcharse, todavía estaban sentados en sus puestos. Bajaba los tres pisos por la escalera, con el estómago encogido y el corazón Leer más…

Su lucha.

Apretó fuertemente el puño pese a tener la mano llena de cristales rotos, lo que provocó un dolor lacerante y un goteo de perlas rojas que repiqueteaban sobre el suelo. Los dientes sellados, la respiración agitada, los ojos entrecerrados y los hombros cargados como escopetas, la vista fija en un Leer más…

Laura y Tinder

Laura buscaba a los hombres igual que compraba bolsos. Siempre valoraba que le quedaran bien, que combinaran con su ropa y fuesen atractivos, al menos para los demás que eran al fin y al cabo los que miraban a la pareja. Su anuncio en Tinder era claro, quería a alguien Leer más…

Sobre el banco.

En la bocana del puerto tan sólo había un banco. En verano era imposible encontrarlo vacío, pero una vez que los turistas abandonaban el pueblo aquel banco volvía a ser propiedad nuestra. Sentarte a mirar el mar, ese mar que nunca es igual, transmitía sosiego y solicitaba silencio. Si alguna Leer más…

Otoño.

El otoño nos pilló desprevenidos. Tuvimos que recolectar colores ocres, mangas largas y mantas para el sofá. Sin esperarlo nos vimos como las demás hojas arrojados al suelo y, arrastrados por el viento, llegamos a casa justo a tiempo para besarnos. Las tardes se nos fueron apagando, nos cambiaron una Leer más…

Gachas

Corrían tiempos de nubes y de almendros. Alfredo Viento se resguardaba en su viejo gabán mientras caminaba distraído entre las interminables viñas, de las que todavía colgaba algún racimo astuto que había evitado la vendimia, dejándose acariciar por las pámpanas de las cepas despojadas. El suelo, reseco, llenaba de polvo Leer más…

Batallas

El bar estaba relativamente abarrotado, la gente justa para que hubiera ambiente festivo pero sin agobios. La música sonaba a un volumen coherente, no era aquel uno de aquellos sitios en los que todos bailan y cantan a gritos, era un local de reunión y copas, un sitio para hablar, Leer más…

Despedidas

Bernardo siempre pensó que las despedidas deberían ser como esos tristes pañuelos agitados en estaciones de tren, al ritmo acelerado de una locomotora de vapor que chirría para arrastrar vagones y pasajeros, mientras estos últimos miran pesarosos con los brazos apoyados en las ventanillas a las personas que dejan atrás. Leer más…