A palos con la indignación.

Así funciona este santo país, todos nos quejábamos de la modorra que acogotaba a la juventud, de lo fácil que lo tenían, de esa especie de ronroneo plácido al que nos tenían acostumbrados mientras les rascábamos la barriga, y ahora, que toman las calles, que se quejan, que protestan y Leer más…