Las sombras del camino

Publicado por garvidal en

Algunas mañanas le costaba respirar. Encogido sobre sí mismo se dejaba derrotar por las tristezas que, sin motivo aparente, lo asediaban, aquellas derrotas de un pasado gris que pesaban sobre su alma tanto como el plomo de la culpa. Levantar el vuelo se le hacía imposible y debía caminar entonces sobre el barro candente, con el corazón descalzo, con la mirada baja y el orgullo a media asta. Sobre él volaban en círculo los buitres del desamparo, los carroñeros que esperaban verlo caer, y solo el recuerdo de su voz lo hacía seguir adelante, un paso tras otro, con la determinación que da la locura y arrastrando el dolor de la pérdida lastrado a sus tobillos. Las voces de su cabeza lo conminaban a rendirse, a aceptar el fracaso de su presente, a dejar de dibujar sonrisas en el rostro de su recuerdo, de acariciar las almohadas de las noches silenciosas, a aceptar que el futuro nunca será ayer ni el hoy mañana. Y, pese a todo, esa voz, ese hálito de vida que nos obliga, que nos impele a respirar, lo guiaba hacia una luz que, por tenue que fuera, desmontaba las sombras del camino. De tanto vivir en el recuerdo había mutilado un futuro al que creía no tener derecho. Algunas mañanas le costaba respirar, como si sus costillas abrazaran en demasía su corazón herido buscando romper su desconsuelo.

Categorías: Microrrelato

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