Los fantasmas

Publicado por garvidal en

El sótano está poblado por fantasmas, aquellos que no supieron vivir fuera y, todavía en la muerte, vagan por los pasillos de la empresa con expedientes, ya marchitos, bajo sus tenues brazos translucidos. A la hora del café se acumulan, tenebrosos, junto a la máquina, intentando introducir fantasmales monedas en la herrumbrosa ranura de la vetusta cafetera que, hace años, dejó de servir café. Los teléfonos ya no suenan más que en sus cabezas, no pulsan teclas sus dedos inertes ni archivan las montañas de papeles que quedaron tras ellos, pero allí siguen. Algunos, a veces, recuerdan a sus familias, a las que perdieron y que los olvidaron hace tiempo, y sienten algo parecido a la nostalgia, pero enseguida vuelven al olvido que da la rutina a la que están obligados eternamente. A veces se detienen, miran la puerta de salida y sueñan, como sueñan los fantasmas. Saben que tras ella está la luz a la que no supieron volver, la vida que transitaron los otros, aquellos que murieron con la paz haber vivido. A la hora de fichar todos hacen una fila, siempre en la misma posición, siempre con los mismos compañeros, dando los mismos pasos y, uno a uno, intentan marcar sus fichas polvorientas para volver, cuanto antes, a su puesto. Solo hay una persona viva en el edificio, el vigilante nocturno que, cada mañana, al salir a la luz del sol, vuelve a pensar que el único miedo que hay que tener a los fantasmas es convertirse en uno de ellos. 

Categorías: Microrrelato

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