María

Publicado por garvidal en

Fue la última en abrir los ojos pero la primera en esbozar una sonrisa. Mi abuela siempre me dijo que había seres en este mundo que estaban destinados a ser las estrellas más brillantes, y María era uno de ellos. La vida se deshilachaba a su alrededor, como una gasa al viento, en una coreografía sutil, casi incorpórea que caminaba junto a ella, descalza y de puntillas para no hacer ruido, como si el sonido escaso de los pequeños pasos de la niña fuese tan hermoso como el tañer de las campanas los domingos de verano. Florecía como un lirio blanco al despertar, acurrucada entre las sábanas que trocaban en las montañas nevadas de sus juegos infantiles, en la carpa de su circo o en el techo de su tienda de campaña en la selva. Fueron música sus balbuceos y tormenta sus lágrimas, calma el calor sobre el pecho de su madre en la hora de la siesta y perfume su cabello recién lavado. Y nunca le importó a la vida que María tuviera un cromosoma más.

Categorías: Microrrelato

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