Ocupando espacio

Publicado por garvidal en

“¿Y si el aire que respiro pertenece a otro?” Pensaba David Aracena cada mañana al despertar. Le aterraba ocupar un espacio que no le correspondía, reflejar la luz de alguien que la mereciera más. David Estorbo lo llamaban en el colegio, Contodotropiezo le llamaban en su casa, Siempreenmedio sus amigos. Y, poco a poco, intentando dejar sitio, David se fue volviendo transparente, vacío, inocuo. Primero perdió la personalidad en su rostro y al mirarse en el espejo sólo veía a un cualquiera al que podía olvidar al instante. Luego perdió su forma, dejó de ser alto, bajo, gordo o flaco, para transformare en una sombra que tan sólo cambiaba según el sol incidiera en otros. Un día su voz lo abandonó, quizá pensando que vibrar para no ser escuchada no tenía sentido. Y, al final, David perdió su sentido, su razón de ser, se perdió a sí mismo y despareció, como una pompa de jabón; y nadie notó su marcha.

Categorías: Microrrelato

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