La vida, para Azucena, era como el escaparate de una pastelería, habitada por todas aquellas delicias a tan solo unos centímetros, pero inalcanzables, alejadas de ella por una barrera infranqueable, por un muro de cristal Leer más…
La tristeza son los lunes, la rutina que doma, el sabor amargo del café vespertino que intenta llenar los huecos que deja la soledad del camino al trabajo, la ira contenida que se paga con Leer más…
Miré por la ventana. El horizonte parecía remachado al cielo por la sombra de los edificios lejanos, como una cremallera desdentada infinita que uniera la tierra con el firmamento. Destacaba la torre de la iglesia Leer más…
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