Septiembre

Publicado por garvidal en

Baja el telón y cae septiembre como un velo de plata sobre el verano, como la hoja amartillada de una guillotina que corta de raíz los vestidos largos, el respirar calmo, las tardes que amarillean sobre la noche. Comienza la mañana a ser la amante fría que te despierta del sueño del estío, empiezan los días a hacerse viejos y a llenarse de arrugas tristes y somnolientas. El trote de los caballos que tiraban de nuestra calesa se hace ahora eco entre las hojas derrotadas sobre el suelo gris y las tormentas, como dolores de viejo, rasgan las tardes y acompañan, como doncellas terribles, a la noche profunda que crece y se hace más y más profunda. Comienzan a cubrirse los brazos, a cerrarse los zapatos, a otoñarse la vida como una uva madura que ya se asemeja a pasa, con el olor de las castañas y la sinfonía del viento entre las ramas desnudas de los árboles. El color de futuro que pintaba el verano se transforma en tonos pastel de recuerdos ocres que siempre nos trae el otoño, bosquejados con los días de las despedidas, de las pérdidas, de los adioses injustos. Y toma la vida un sabor a cuesta abajo que se paladea sobre el café que calienta las manos y añora, como la mirada de un niño, la luz bajo la que fuimos otros. Fermentan los primeros mostos y las mantas sobre los sillones, las setas se preparan para su reino y las trufas crecen a escondidas de los hombres, se escucha el retumbar lejano de los pasos de gigante del invierno que se acerca y en cuya capa lleva bordada la esperanza de una nueva primavera.

Categorías: Microrrelato

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.