Trazos

Publicado por garvidal en

Sobre el papel blanco que poblaba su mesa de dibujo surgía, una y otra vez, aquel rostro que la obsesionaba. El grafito del lapicero volaba rozando a duras penas aquel lienzo y, de nuevo, su mirada, aquel mentón afilado, los ojos oscuros que le preguntaban: ¿Quién soy? Y ella no tenía respuesta. Darle un nombre habría sido sencillo, pero en su interior sabía que hacerlo sería otorgarle vida, dotarlo de una personalidad, de un sabor, de aliento. Lo encontraba entre las formas impresas sobre los ladrillos del baño, lo veía en la macedonia de rostros del metro cada mañana, entre los actores secundarios de su vida. Desde que él surgió no podía concentrarse, lo dibujaba de modo automático, compulsivo, en cada pedazo de papel que caía en sus manos, como si se asomara a su vida desde cualquier ángulo, desde las infinitas ventanas de papel que nos rodean. Llegó a pensar que la acosaba desde un mundo plano, desde un universo dibujado en blanco y negro lleno de portales al suyo propio, llegó a imaginar que la miraba pensando quién sería ella, aquella mujer a color y en tres dimensiones que no paraba de llamarlo. Hablaba de él, si es que era un él, a sus amigas y a su familia, aunque la tildaran de loca. A veces incluso lo dibujaba sentado a su lado y le contaba su día, sus sueños y sus tristezas. Se acostumbró tanto a su presencia que dejó de resultarle extraño. Hasta que un día dejó de aparecer, se difuminó; sus trazos eran imprecisos, borrosos, se ocultaba tras las manchas de tinta y en los bordes afilados de las hojas. Parecía desviar los lápices con los que ella intentaba redibujarlo, como si se hubiera hecho sordo a su llamada. Así que pensó que era el momento de marcharse a ese otro mundo para poder buscarlo.

Cuando la encontraron yacía sin vida, apoyada su cabeza sobre su mesa de dibujo. Al levantar su mano derecha, que todavía se aferraba a un lapicero de forma hexagonal y colores negro y amarillo, vieron que se había dibujado a ella misma sonriendo, sentada en un banco al lado de un chico al que nunca supieron identificar.

Categorías: Microrrelato

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