Universo.
Un universo entero en su mirada
y yo, asomado a sus pupilas
con el alma de puntillas
y la sonrisa empapada
de sus besos
solo me veo en su reflejo.
Abrochado a sus pestañas,
recorriendo sus aromas
cercado por sus susurros
me dejo llevar y me encuentro
con el mar
con la tarde
y con recuerdos me miento.
Ha de llegar la mañana
y agazapado en su pecho
abro los ojos, cobarde
de no hallarla,
del invierno,
de que septiembre no acabe
de que se acaben sus besos.
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