Nos hacemos una recreativa III – La electrónica
Una vez encauzado el mueble de mi flamante recreativa (WeeCade, Bartop, como queramos llamarla) tocaba comenzar a pensar en sus tripas. Aquí hay dos ramas en las que centrarse, por un lado el hardware informático que íbamos a precisar y por otro cómo alimentar dicho hardware.
En cuanto al “cerebro de la bestia” lo tuve claro desde el principio. Mucha gente utiliza ordenadores “viejos” (pentium IV, por ejemplo) que pueden encontrarse muy bien de precio de segunda mano, yo quería aquí utilizar un Raspberry Pi B. ¿Qué es esto?, bueno, pues es un mini-ordenador creado a efectos de formación que lleva un procesador ARM a 700MHz (puede llegar a 1GHz haciendo Overclock), 512Mb de ram y funciona con una tarjeta SDHC como disco duro. Además tiene salida de vídeo en HDMI, salida de Audio, dos puertos USB, un conector ARJ y se alimenta desde un micro-usb con una entrada de 5v. Es tan pequeño como una tarjeta de crédito y funciona sobre sistema operativo Linux sin ningún problema. Además puedes instalarle una distribución ya pensada para emular máquinas recreativas y otras consolas llamada PiMame. Este mini-ordenador tiene un precio aproximado de 32 euros, y lo puedes comprar sobre todo en tiendas de electrónica o en Amazón.
Además, en un principio, tenía pensado reutilizar un monitor de 15″ de un ordenador portátil viejo que tenía por ahí desguazado. Para poder utilizar el monitor compré en AlliExpress una tarjeta que me permitía dotar a la pantalla del portátil de una entrada VGA y de un pequeño panel de control para manejar los parámetros de la misma, pero cuando comencé a construir del mueble encontré un monitor de 19″ de segunda mano en formato 4:3 que era perfecto para la máquina… quizá incluso un poco grande, puesto que me costó mucho encastrarlo y dejaba tan sólo 2,5cm por cada lado, pero bueno, mereció la pena. El coste del monitor fue de 28€.
Ahora bien, mientras que con el adaptador para el monitor tan sólo necesitaba una alimentación de 12V (y 4A) y dicha alimentación podría sacarla de una fuente de alimentación normal de PC, con un monitor ya tenía que pensar como introducir una regleta de enchufes en la máquina, puesto que el monitor lleva su propio transformador. Además, puesto que el monitor no llevaba entrada HDMI, que es la salida de vídeo que me daba el Raspberry Pi, necesité un adaptador HDMI – VGA que me costó otros 10€.
Ya tenía ordenador y monitor, me faltaban los altavoces y quien le diera potencia a todo esto.
Para el sonido desmonté una antigua cadena de música que no utilizaba y saqué los altavoces de sus cajas. Pensaba también utilizar la mini-cadena como amplificador, pero era muy engorroso y la disposición de las placas era incómoda para poder introducirla en la máquina, así que compré vía Amazon un pequeño amplificador (19€) alimentado por 12V (de modo que la alimentación podría sacarla de la fuente de alimentación del PC) que me daría 20W de potencia a los altavoces, más que suficiente.
Bien, pues ya tengo el equipo de imagen, de sonido y el ordenador central, pero me falta uno de los detalles más importantes, los botones y los mandos para el control de la recreativa. Este es uno de los elementos más caros y en los que más dudas tuve. Además, el fabricar la máquina en el mes de Agosto implicó que muchas de las tiendas OnLine que venden este material estaban cerradas y no servían hasta septiembre, y como la paciencia no es uno de mis atributos más destacables finalmente los adquirí por EBay a una tienda francesa, que en unos días me envió el kit completo.
Encontré botones y mandos en AlliExpress, pero los gastos de envío encarecían el coste tanto que no merecía la pena estar esperando un mes completo para su recepción, además en España hay muchas tiendas con material, y tampoco es tanta la diferencia de precio. Los mandos, unos zippy, están preparados para ser insertados en CPO de madera (la que yo compré tiene 16mm de ancho) por lo que la longitud del mando es mayor que lo normal, y esto permite no tener que rebajar la madera para fijar los mandos. Los botones son de tipo japones, se diferencian del americano en que no son de formas cóncavas y que llevan los micro-swichts integrados en el botón. Lo bueno son más cortos, lo malo si se estropea un botón hay que cambiarlo completo. El coste de dos mandos, dieciséis botones y los botones de un jugador y dos jugadores, junto con la placa de control y el cableado, fue de 43 euros, más 7 euros de gastos de envío desde Francia.
El sistema para conectar los botones y los mandos al ordenador es una placa con una salida USB donde van conectados todos los mandos y que se identifica al ordenador como dos joystick. Este es el meollo de la cuestión. Revisando por Internet encontré que hay gente que se hace sus propios interfaces paralelos (IPP’s), otros que utilizan la circuitería de un teclado Usb haciendo un hack, pero esto implica que haya un máximo de teclas pulsadas y que se alcancen con facilidad entre los mandos y los botones.
Este es el elemento más caro del pedido de botones, y puede costar más de veinte euros, pero es fundamental para no complicarte la vida y poder conectar los mandos y los botones a cualquier PC, funcionando además tanto sobre Windows como sobre Linux.
Ya lo tengo todo (me falta la luz de la marquesina, pero no merece ni nombrarse, es un fluorescente comprado en los chinos de la esquina, y que irá enchufado directamente a la regleta), y ahora me toca darle alimentación. Para ello voy a utilizar una fuente de alimentación de un PC viejo. Esta fuente me permite obtener, además de otros voltajes, 5V y 12V sin problemas, que son los que necesito para alimentar el Raspberry Pi y el amplificador. Dichas salidas las obtendré de uno de los mollex (esos conectores blancos de la fuente de alimentación que se utilizan en los discos duros y otros dispositivos) pensando siempre que el cable negro es masa, los cables amarillos 12V y los cables rojos 5V.
Para alimentar el monitor y la luz voy a necesitar una regleta. Esta es una regleta paralela que he comprado en LM, de tres enchufes y que viene sin cable. Para alimentar la regleta extraigo de la fuente de alimentación un empalme de los cables de entrada a la misma (justo tras el interruptor de la propia fuente) que van a 220V, y saco dichos cables a través de un orificio en el lateral de la fuente. Ahora bien, y esto lo he aprendido en los foros que os indiqué en el primer post, para que la regleta no esté alimentada continuamente, si no que se encienda tan sólo cuando encendamos el equipo, vamos a ponerle un relé que sustituya el interruptor de la regleta. Este relé, alimentado por una de las salidas de 12V de la fuente de alimentación, se activará únicamente cuando la fuente esté encendida y será entonces cuando permita que la regleta esté alimentada.
He instalado el relé directamente dentro de la regleta, sustituyendo el interruptor de la misma que he aprovechado como interruptor general del sistema como si fuera el botón de encendido del Pc. Esto se hace puenteando el cable verde (Ps-On) del conector grande, que iría a la placa del Pc con cualquier cable negro de la misma placa a través del interruptor.
Además, por si más tarde necesito alimentar algún otro dispositivo de 5v, he comprado una placa y unos conectores USB hembra. Los he soldado en dicha placa y los he conectado en serie mediante cables a la toma de 5V de la fuente. Con esto tengo la alimentación del Raspberry Pi a través de un cable Usb-microUsb y además otros tres conectores USB de 5V por si más tarde necesito alimentar algún otro dispositivo (por ejemplo un ventilador).
Por último, y gracias a que el amplificador llevaba en su caja un cable con clavija para alimentarlo, de la misma conexión de la que alimento el relé tomo otros dos cables para alimentar con 12V el amplificador. Tanto aquí como en los conectores USB tuve que tener cuidado con la polaridad, que comprobé con mi flamante multímetro del Lidl (discreto él como puede verse al fondo). Además de comprobar las polaridades, hice lo propio con los voltajes tanto de los Usb como del amplificador y la regleta, y pude realizar una prueba de arrancado general que, en lugar de salir ardiendo como era de esperar, funcionó correctamente a la primera.
Y así queda la instalación completa poco más o menos.
Pues ahora queda personalizar y pintar el mueble, pero eso es otra historia…
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