Flores de sal

Trenzar los dedos de sus manos era como entretejer sus almas para caminar a la par, nunca uno por delante del otro sino marcando un paso irregular, como un baile, como la respiración entrecortada que trae la pasión. Sus miradas eran como faros, que giraban para observarse y darse luz, Leer más…

La última curva

Saberlo no le hizo más sabio. Ni tan siquiera le sirvió para evitarlo. Tan sólo le permitió ser consciente de que el tiempo era un regalo que había desperdiciado una y otra vez, viéndolo pasar como el agua de un río. Allí estaba él, con las manos metidas en los Leer más…

Alejandra

Si hubiera llegado a saber la cantidad de veces que llamaría a su puerta quizá nunca habría contestado a su llamada. Pero así era Alejandra, una puerta que siempre se abría cuando llamaban, una voz calma al otro lado del teléfono, un remanso de paz en el que muchos descansaban Leer más…

El baile

Todas las puertas estaban abiertas en aquella casa junto al lago. La brisa que desprendían las aguas jugueteaba con las cortinas de las ventanas haciéndolas bailar y el ritmo inconstante de las pequeñas olas adormecía a Daniel mientras luchaba por no releer una y otra vez el mismo párrafo de Leer más…

Atasco

“A la segunda va la vencida”, pensó, y volvió a bajarse los pantalones en medio del virulento tráfico que inundaba la avenida esa mañana de verano. El reflejo del sol en sus blanquecinas nalgas cegó sin remedio entonces, al conductor del autobús número 8, que había olvidado las gafas de Leer más…

Descalza

Aparcó frente a la playa y decidió que el mar sería su aliado. Descalza, sintiendo la arena fría de enero bajo sus pies, caminó hasta la orilla y, como un bautismo invernal, continuó andando hasta que el agua helada cubrió sus hombros y comenzó a besar sus labios. Su ropa, Leer más…

Tiovivo

Recordaba con nitidez aquel caballo de madera sobre el que montó la última noche en la que vio a su padre con vida. Tenía la boca ligeramente abierta, como iniciando un relincho que nunca llegaría a dar, y las patas delanteras y traseras curvadas como si lo hubiesen capturado a Leer más…

Damian

La mano temblorosa sobre el puño del bastón era la única cesión que se permitía ante la vejez que lo acosaba. Altivo, orgulloso de lo vivido y en paz, así Damián recorría cada mañana el escaso trayecto entre su casa y el despacho de pan de Brígida, aunque ya no Leer más…

Dolores

Dolores sentía que la última persona que había habitado su pecho se había llevado con ella toda su capacidad de amar cuando se marchó. Desde ese instante, los latidos de su corazón eran tan solo el eco de una gota en un desván, desacompasada y triste, y su corazón pendía Leer más…