El olvido

No se reconocía en las fotografías que poblaban sus estantes ni en los espejos burlones del pasillo. Aquella enfermedad tenía un nombre, pero él la llamaba olvido, el olvido que devoraba su pasado, que se divertía desordenando sus recuerdos, sacando de los baúles de su memoria retazos de tiempos pretéritos Leer más…

El invitado

Sentado a la mesa se deleitaba con las descripciones de los platos y los comensales que lo rodeaban. Después caminaba hasta la cocina acompañando al protagonista mientras este hablaba con un personaje secundario de esos que aparecen y desaparecen en las historias y de los que, a veces, uno termina Leer más…

El coleccionista

La primera vez que su madre lo llamó tarambana pensó que aquel sería un nombre perfecto para un payaso, y decidió guardar aquella palabra. Esa fue la primera de su colección. A partir de ahí comenzó a guardar en su interior todas las palabras que le provocaban sensaciones, que le Leer más…

Trazos

Sobre el papel blanco que poblaba su mesa de dibujo surgía, una y otra vez, aquel rostro que la obsesionaba. El grafito del lapicero volaba rozando a duras penas aquel lienzo y, de nuevo, su mirada, aquel mentón afilado, los ojos oscuros que le preguntaban: ¿Quién soy? Y ella no Leer más…

Su última tarde

Pasó sobre la barandilla del balcón de nuestro dormitorio y se quedó mirándola. Puedo jurarlo. Aquel gato se detuvo, con elegancia, y sin emitir el más mínimo sonido la miró, durante un instante, quizá más tiempo, no podría decir cuánto. Todos los que estábamos alrededor de la cama en la Leer más…

El riachuelo

Silbaba al caminar, con las manos jugueteando en los bolsillos de sus amplios y ligeros pantalones de lino; sobre su cabeza un panamá de cáñamo que la protegía del tímido sol de aquella mañana de verano y un pañuelo sobre sus delgados hombros, desprotegidos por su blusa de tirantes, dispuesto Leer más…

Libre

Aquella firma lo separaba de su vida anterior como un cuchillo caliente cortaba la mantequilla. No le tembló la mano al tomar el bolígrafo, ni tampoco dudó un instante al dibujar su compleja rúbrica sobre el papel. Asumía aquel destino como inevitable, como una sentencia firme e inapelable. Nadie hablaba. Leer más…

La vuelta a casa

Vestirse cada día una sonrisa era ya de por sí un esfuerzo para Laura. Tras velar armas cada noche, intervalo de sueños normalmente deshilachados por los recuerdos que fluían de la oscuridad, se alzaba sobre la niebla del dolor y caminaba descalza por una senda de cristales rotos hasta perder Leer más…