Consuelo

Caminaba a un paso de su madre, llorando desconsoladamente. Ella lo seguía con paso rápido, intentando alcanzar al pequeño que corría como una exhalación mientras lloraba. Pensó en lo veloces que son los niños, con esas piernas pequeñas, con esos pasos dubitativos, que corren sin mirar muy bien dónde van, Leer más…

La primera niebla

La primera niebla de otoño los sorprendió, todavía con los ojos llenos de verano. Las hojas de los árboles y los primeros edredones cayeron sobre calles y camas, se pintó el atardecer los labios de naranjas y rojos y comenzaron los sofás a pedir tregua bajo las mantas que escaparon Leer más…

Y piensa…

Se desperezaba como los gatos los sábados en la mañana, justo antes de perpetrar el ataque a un despertar lleno de brillos de invierno. El frío momentáneo que se colaba al abrir las ventanas terminaba de despejarle los ojos, contrastando con la cálida acogida de la madera del suelo a Leer más…

Los fantasmas

El sótano está poblado por fantasmas, aquellos que no supieron vivir fuera y, todavía en la muerte, vagan por los pasillos de la empresa con expedientes, ya marchitos, bajo sus tenues brazos translucidos. A la hora del café se acumulan, tenebrosos, junto a la máquina, intentando introducir fantasmales monedas en Leer más…

El mensaje

Al pasar frente al portal vi que la puerta estaba abierta. Dentro solo habitaba la oscuridad y un rostro, iluminado por la pantalla de un teléfono móvil, que parecía flotar sobre las escaleras. Era temprano. Yo caminaba hacia el trabajo con mi desbordante deseo habitual por llegar y pensé en Leer más…

El otoño

No conocía otra vida que no fuera el otoño. Era como una hoja caída, como un domingo nublado, como la tristeza del último día de verano. Barría con su caminar cansado las calles de la nostalgia, dormía en los callejones en los que se pierden los suspiros del desamor y Leer más…

Dos mitades

Tan solo fue necesaria una mirada para entenderse y que brotara la risa. Había sido así desde el principio, una conexión etérea que les permitía hablar tan solo con mirarse el uno al otro. Él decía que era magia, ella pensaba, en cambio, que ambos eran la mitad de un Leer más…

Minerva

Minerva tomaba de la vida lo que ésta le daba. Aquello de los limones y la limonada que le decía su abuela, el “collige, virgo, rosas” que le rezaba su profesor de literatura del instituto y, sobre todo, el hambre de vida que la azotaba desde que era pequeña cuando, Leer más…