La cometa

Me preguntó qué quería de regalo y yo le contesté:—Una cometa, me gustaría que me regalaras una cometa.Y, entonces, me miró, con esa mirada curiosa impregnada con la media sonrisa que enmarcaba su incredulidad a mi respuesta, esa duda que me consultaba sin hablar, pensando que era una broma. Pero Leer más…

Recuerdos

En la jaula de sus costillas contenía un universo entero, un corazón que orbitaba en pálpitos alrededor de un alma cálida, cometas que ascendían en suspiros hacia su boca y estrellas rutilantes que calentaban el aire de sus pulmones. Bailaba con los ojos cerrados, con el cabello suelto como un Leer más…

Personas de paso

Hay personas de paso en las que nadie habita, personas a la orilla de la carretera, en los cruces de caminos, de amores itinerantes sobre sábanas de raso frío. Hay canciones sin letra que solo se tararean, silbidos que solo el viento escucha y voces sin ecos. Hay estaciones en Leer más…

La posada de la Sangre

En la Posada de la Sangre de Toledo, las gentes que la habitaban, como suspiros, compartían chinches, camastros y sueños. Transeúntes livianos, que daban con sus huesos molidos de caminos y Mancha en las desvencijadas sillas del patio, recibiendo posada y fonda, vino aguado, algún chusco de pan duro junto Leer más…

El actor de método.

Lisardo era un actor de método. Cada mañana se levantaba, siempre a las 06:58 horas, para tener dos minutos antes de comenzar a actuar. Abría su boca, desmesuradamente, agitaba sus brazos y se abofeteaba con suavidad las mejillas, tampoco era cuestión de dañar su piel delicada y tersa; después comenzaba Leer más…