Retoños
Se rompía, quebradiza, como una hoja seca de otoño, con el alma marchita de una vejez temprana. Tenía la esperanza prendida con alfileres oxidados que le arañaban el corazón a cada paso y los recuerdos felices, último tesoro de su Leer más…
Se rompía, quebradiza, como una hoja seca de otoño, con el alma marchita de una vejez temprana. Tenía la esperanza prendida con alfileres oxidados que le arañaban el corazón a cada paso y los recuerdos felices, último tesoro de su Leer más…
Tu casa será el mundo y tu familia la iglesia. Olvida lo aprendido, deberás pensar un hombre nuevo en ti, romperte en mil pedazos para forjarte de nuevo, le dijeron. Y Joaquín, que llevaba toda la vida buscando un padre, Leer más…
Su única puerta al mundo era una cortina tupida que, una vez descorrida, daba a la portería en la que su padre, con levita gastada a modo de guardapolvo, pasaba el día al servicio de los vecinos y visitantes. Se Leer más…
La rutina lo fagocitó y la vida lo vomitó después de intentar digerirlo y dejarlo seco de sueños. Pero él no se dio ni tan siquiera cuenta. Tan solo pensaba que era difícil remar con los remos quebrados que le Leer más…
La vida, para Azucena, era como el escaparate de una pastelería, habitada por todas aquellas delicias a tan solo unos centímetros, pero inalcanzables, alejadas de ella por una barrera infranqueable, por un muro de cristal tan cruel como liviano. Tanto Leer más…
La tristeza son los lunes, la rutina que doma, el sabor amargo del café vespertino que intenta llenar los huecos que deja la soledad del camino al trabajo, la ira contenida que se paga con los débiles y los pacientes. Leer más…
Miré por la ventana. El horizonte parecía remachado al cielo por la sombra de los edificios lejanos, como una cremallera desdentada infinita que uniera la tierra con el firmamento. Destacaba la torre de la iglesia de Fátima, como una aguja Leer más…
Pensó en hacer una hoguera en el centro del patio para quemarlo todo, como un ciclo, como un ave mitológica, para renacer de las cenizas. Pero cuando el fuego se apagó volvió el frío. Quizá destruir para reconstruir no era Leer más…
Le hipnotizaba verla caminar. El péndulo de sus caderas lo sacaba de allí dónde estuviera y anulaba su voluntad. Andar dos pasos por detrás de ella era lo más parecido a volar. Se transportaba entonces a su piel, suave, al Leer más…
Ese hombre parece parte del mobiliario. Puedo verlo al pasar, cada mañana, frente a la cafetería, tras el cristal, sentado siempre a la misma mesa, con el café que se empobrece junto a él ya frío, ignorado, la mirada fija Leer más…